jueves, 17 de febrero de 2011






"A veces me sucede, y siempre que me sucede es casi de repente, que en medio de las sensaciones me brota un cansancio tan terrible de la vida, que no tengo ni siquiera la más mínima idea de cómo dominarlo. Para remediarlo, el suicidio parece incierto; la muerte, aun cuando suponga la inconsciencia, es poco todavía. El que siento es un cansancio que ambiciona, no el dejar de existir - lo que puede o no ser posible-, sino una cosa mucho más horrorosa y profunda, como es el no haber siquiera existido nunca, no haber sido nunca de ninguna manera". PESSOA


Apunto de releer los viejos poemas de siempre, de dejar de forzar la sonrisa, dejar de empujar, reservarme algo para mi solo, reírme de mis balances positivos, no engañarme mas, cambiar de aires, inventarme, recuperar mis sueños vacíos.

Necesito un relevo, estoy cansado, en este momento me puede la desidia.

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