viernes, 4 de febrero de 2011

Reflexiones sobre el morirse

Sobre la razón por la que respiramos, seguro que muchos científicos lo tienen super claro, sobre la razón por la que nos aferramos al respirar habrá bastantes más teorías, pero cuando te advierten que posiblemente y por causas ajenas a la organización del evento podrías dejar de respirar, en ese momento ¿qué coño haces?

A mí que me pillen confesado y que me tengan engañado, porque seguramente lo primero que haría sería un pufo al banco, aún a riesgo de que sea otro error médico de tantos que hay, y después porque no se si no me tiraría de una escalera trabajando, o algo similar para dejarles algún beneficio a mis familiares y a la Eve.

Hoy le ha tocado a alguien cercano a mi decidir qué coño hacer, y aunque de momento haya una incertidumbre sobre lo que la depara el destino, ella ya ha hecho sus planes, cuando me los contaba he llegado a pensar que como no se muera se va a llevar un chasco, no me puedo creer tanto calculo, todo tan masticado, que da la apariencia de que en tanta serenidad en la posible despedida subyace una falta de ganas por vivir galopante.

Y claro es inevitable ponerse en su lugar, y sentir la angustia, y pensar en que yo no me quiero morir, si lees las entradas de mi blog parece que la vida es un asco, y que el de la Caixa debe de pensar lo mismo con tanto recibo devuelto, pero… !Qué coño! Yo soy un cobarde declarado, y como se que Dios no me va a recibir en audiencia, y no me imagino llamando al portero automático y que me responda San pablo, pues que me quedo aquí lo que me deje el tabaco y la hipertensión.

Si me tocara a mi decidir que hacer, además de las gilipolleces como probar la heroína o tirarme en paracaídas, no se me ocurren grandes cosas, y es lo curioso de esto, que no se a donde viajar, ni que político decidiría asesinar, ni siquiera se me ocurre un epitafio chulo y digno de mi existencia, porque una canción de Los Planetas como que no, y en mi entierro no le voy a dar el disgusto a mi madre de tener que ponerse una raya, así que mientras no me ronde la tuna ni un coro rociero que hagan lo que deseen, mis cenizas que las esparzan en un Primavera Sound, si es el de este año que sea en el concierto de Mogwai , y allí si que rogaría a mis seres más cercanos que estuviera bien regado de drogaína el evento, y si me dejan elegir tema para esparcirlas "We're No Here" no estaría mal, ya me imagino la escena, y espero que no haya mucho viento que no quiero acabar en la cerveza de algún guiri, ojala mis cenizas caigan a plomo, y las gente las pise y así se esparzan.

Antes de todo esto, viene la parte que comentaba antes, ¿que hago si me quedan 6 meses? Lo primero sería ir al banco a ver que me dan, y no me refiero a la vajilla que te regalaban con los yogures Clesa, más bien sería algo así como hipotecar mi “no futuro”, es que con esto de la crisis no me ha dado para ahorrar y claro está, habrá que tener algún capricho excéntrico tipo editar mis memorias con tapas de cuero o llenar mi casa de empleados/as del hogar internos, aunque tampoco sé muy bien donde los iba a meter ni si no acabaría yo sirviéndoles a ellos el café.

Releyendo esto me doy cuenta de que no ando preparado aún para morirme, y me están dando hasta ganas de dejar de fumar, solo me angustia la idea de que he hecho poco para ser recordado, pero esta difícil, con los tiempos que corren sin acostarse con Jesulín, tener algo de repercusión.

2 comentarios:

  1. ¿Y para qué ser recordado? Yo estaría encantado de caer en el olvido. Y el que se acuerde, que lo haga con una sonrisa y se pueda seguir tomando la caña sin tener que echarse a llorar. No soportaría tener atados a mis allegados al pasado, llevando flores a una tumba y que no puedan superarme.

    Lo de la "fecha de caducidad" (con respeto) me parece ciertamente irrelevante. En teoría somos susceptibles de morir en cualquier momento, electrocutados, asesinados, atropellados... Como mucho aceleraría los planes de futuro.

    ¿Escribir unas memorias? Pues no sé, mi vida es mía y nadie tiene derecho a revivirla.

    Supongo que para dejar huella, hay que pisar fuerte.

    Saludos

    ResponderEliminar
  2. Yo le pediría a la Eve unos gramos de tus cenizas y me iría con tu madre a los premios Max de teatro para esparcirte en medio de la gala que siempre has debido ganar.
    Recordar a alguien no siempre se hace con un clínex sucio de por medio. Yo siempre lo hago cuando escucho a Arcade Fire, a Lambchop o "Mi Coco" del amigo Ferreiro que tantas veces has usado para eso que tu y yo sabemos.

    Me ha encantado tu retorno.

    ResponderEliminar