Acabo de regresar de una maratón grasienta y alcohólica por el rastro de Madrid, no se si sera la pesadez de estomago los vapores etilicos, o que de repente tengo la sensación de volver al mundo real, el caso es que me siento cansado de mi cibervida, mis ciberamigos, mis cibernovias, etc....
Hace unos días me sentía terriblemente solo (lo decía aquí creo) hablaba de una soledad física, nada de sentirme solo, era estar solo, mi teléfono no sonó, quede con alguien para esa época pero no pudo ser y nunca mas. Yo no llamé a nadie, pueden pensar que por orgullo y no creo que fuera descaminada la idea, pero el caso es que de todo eso si saque algo muy concreto; me di cuenta de la insustancialidad que tienen las relaciones por este medio; ignoro como se plantean los demás las relaciones personales, pero yo al menos tengo claro que necesito los detalles, el compartir un mínimo de tu realidad, nada que ver con contar tus miserias, se trata mas bien de compartir momentos vivir algo juntos tener una anécdota que recordar.
Recuperar cosas que un día me hacían sentir placer, hacia mucho que no me iba de cañas varios días seguidos, se pasan las horas y no te enteras, te encuentras gente que se alegra de verte, te relacionas, conoces, hablas, te ríes. Posiblemente muchos se aberrarían al ver esos platos grasientos y tan alejados de la sofisticación, y es que yo soy de los de oreja a la plancha y chopitos, con sus cañas y de pie, y que cada bar es una nueva tapa y una nueva ración y en una se pide fritura en otra se piden pimientos de padrón, el secreto es saber que decir y saber que pedir, por lo que veo no soy el único, pero he aquí (a lo que iba) nadie de este medio nunca ha pretendido llevarme de cañas a ningún sitio, no he compartido con nadie esta ceremonia todos confunden clase con pijismo, nunca he visto a nadie del chat (miento a una persona si la he visto)comerse un lacón a la gallega y beberse unas cervezas y nunca me han puesto un aperitivo con alguien de este chat. Cuando he quedado con alguien de aquí me ha pasado, me los llevo a sitios que no están mal, pero que están a años luz de las alibravas de los Ángeles, o de la fritura de pescado del Same, o que decir del paraiso gallego que es el Portomarín, o el Ñeru y sus chorizos a la sidra y su camarero (que de la grasa no se le mueve el tupe), además si lo pienso no tengo a nadie a quien llevar de aquí, y si de ligar se trata...... vamos imposible ligar en un bar con el suelo lleno de cascaras de gambas.
Con esto quiero decir que rodeado de mis amigos me siento un idiota, que intenta ser normal pero que a conocido a muy poca gente normal, al menos por aquí, que no hay donde rascar, que me siento completamente diferente al resto de la gente que he conocido estos días. Quizás se alargue demasiado mi periplo por el chat, me produce desazón no poder compartir esto con mis amigos, y no hablo de la desazón de todos esos que me dicen te quiero y que se refugian detrás de la pantalla con los que solo comparto la personalidad virtual, yo también soy esto, yo también tengo mi gracia cuando estoy presente, creo que en vivo gano bastante, me doy cuenta de que me sigue gustando ir a conciertos, que sigo perteneciendo a la farándula, que me resisto a ser una personalidad virtual que si por mi en este momento fuera la mataría sin pensármelo.
No puedo negar que me he divertido pero mucho mas cuanto mas anónimo he sido, cuando no me importaba nada ni nadie de lo que tenia al otro lado de la pantalla cuando mas chisposo he sido. Me lo he pasado bien e incluso he querido, pero donde están esos seres a los que he querido? Se han quedado detrás de una pantalla, seguimos queriéndonos probablemente pero ya solo de manera virtual, sin candor y con absoluta frialdad, sin tonos, el afecto no se lee, un abrazo no es lo mismo que despedir a alguien por teléfono diciéndole un abrazo, dos besos no son lo mismo que decir besos.
Soy un fantástico amante virtual, pero no me resultan placenteras, casi siempre hablo yo, soy yo el que pone la imaginación y no me motivan tanto los gemidos telefónicos, siempre me queda un pelo de desconfianza (te imaginas que todo es falso?)